jueves, 6 de agosto de 2015

TALLER DE COCINA




Para hacernos una idea del funcionamiento del proyecto, proponemos empezar haciendo un taller de cocina.
Diseñamos un cartel con algún mensaje del tipo:
“¿Cansada de hacer siempre las mismas recetas o de seguir las mismas rutinas?.”
Te proponemos realizar un taller de cocina en el que además de aprender a cocinar, sirva para hacer nuevas amistades, conversar, compartir otras actividades de ocio afines, etc.”
Definimos dónde llevarlo a cabo:
Una casa particular, la cocina de un bar, un centro social, una asociación.
Definimos objetivos:
-Aprender a cocinar
-Conocer personas y crear vínculos entre ellas
-Implicar a las personas participantes en el proyecto general
-Promocionar valores humanos
-Desarrollar habilidades de relación, autoestima, resolución de conflictos
-Conocer y potenciar las capacidades personales...
Buscamos qué necesitaríamos y cómo conseguirlo:
Material, ingredientes; mediante aportaciones propias, recursos del lugar en el que vayamos a realizarlo, aportaciones de los participantes o colaboradores, cuota de inscripción, seguros, etc.
Distribuimos el trabajo:
EL DECANO: Se encarga de buscar los recursos necesarios o contactar con entidades donde poderlo llevar a cabo.
EL ADMINISTRADOR: Se encarga de publicitar el curso, recoger inscripciones, recoger inventarios de recursos, cuotas, así como de publicitar íntegramente cada uno de estos aspectos (recursos conseguidos, personas o entidades que colaboran, ingresos, gastos...).
EL DINAMIZADOR: Se encarga de calendarizar las sesiones y comprar aquellos ingredientes que necesita y llevar a cabo el curso de cocina propiamente, facilitando también el ambiente de distensión necesario.
EL MEDIADOR: Se encarga de facilitar la calidez, integración y participación de cada uno de los asistentes, así como ayudarles a darse a conocer al grupo.
EL INSTRUCTOR: Se encarga de ir evaluando el funcionamiento del curso, tanto de los participantes, como de los colaboradores o persona que lo imparte, recogiendo quejas, sugerencias, etc. para ir mejorando el mismo durante su realización.
LOS COLABORADORES: pueden apoyar a cada uno de estos o proporcionar algunos de los recursos necesarios para la realización del taller de cocina.

Posiblemente podamos pensar que es mucha gente para dar un simple curso de cocina, porque venimos acostumbrados de un modelo productivo-lucrativo en el que se busca el mayor número de ingresos con el menor número de gastos y todo viene cuantificado económicamente, pero en el resultado se ve la diferencia.
En este sentido, también podríamos anotar que en la administración u otras muchas ONG’s se emplean y se gastan cantidades exorbitantes de dinero o de personal, a veces sin mucho sentido o de manera apresurada, incluso innecesaria para cubrir expedientes, justificar subvenciones, cubrir plazas… Por tanto esta forma de trabajo tampoco supone un gasto mucho mayor, si bien se caracteriza por su eficacia.
Igualmente quizá sería posible encontrar con una persona capaz de hacer a la vez el trabajo del dinamizador, del mediador y del instructor, pero no es lo habitual y esta organización permite crear la cohesión del grupo necesaria para que no sea un simple curso de cocina y vaya mucho más allá, consiguiendo la implicación de los participantes y abordar otros muchos temas trasversales que preocupan a nuestra sociedad, consiguiendo una implicación real y conocer a las personas, ampliando el marco de relaciones sociales del propio individuo, que es otro de los objetivos principales de esta organización.

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