lunes, 26 de diciembre de 2011

RELACIÓN DE INTERCAMBIO


Quizá estamos demasiado acostumbrados a vivir bajo la influencia de un modelo paternalista, sobreprotector de los llamados o calificados como “débiles”, en el que unos tienen mucho y otros apenas nada; en el que los que tienen mucho, son llamados a la caridad con “los necesitados”. Esa caridad a menudo lava las conciencias de los que creen que con dar un mendrugo de pan, ya han cumplido. También los hay que aunque algo tienen, también piden apelando a la caridad del prójimo o incluso exigiéndola.
Pero sobre todo, el modelo capitalista lo ha reducido todo a tener o no dinero. El dinero todo lo puede, todo lo compra. Si no tienes dinero, no tienes nada. Pero las personas valen más que el dinero, aunque algunas son anuladas por el tremendo valor económico que domina el mundo y las otras lo consienten. Todos estamos dotados de manos, de inteligencia, de habilidades. Unos tienen grandes vivencias de las que aprender, otros buenas historias que contar, unos poseen habilidades culinarias, otros musicales; los hay quienes tienen pulso para operar, o quienes tienen el valor para adentrarse bajo tierra y sacar los metales que otros serán capaces de darles la forma de bisturí; también hay manos que levantan casas, o limpian calles, casas, oficinas o garajes; hay quienes tienen recursos materiales, otros que disponen de tiempo, o quienes son capaces de darnos su compañía...
Todos tenemos muchas capacidades y posibilidades. Todos somos dependientes unos de otros. Ninguna persona vale más que otra, por muchos méritos que una pueda haber conseguido. Todos formamos parte de un todo, en el que cada uno cumple su papel.
La relación de intercambio pretende valorar las habilidades de cada persona, potenciarlas y sacarles partido, además de servir de apoyo mutuo y en cierta medida, librarnos también de los llamados “aprovechados”, que esperan recibir sin ofrecer nada a cambio.
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viernes, 16 de diciembre de 2011

EXCURSIONES



Son comunes los grupos excursionistas o grupos de amigos que realizan excursiones, bien por la montaña, por mero disfrute paisajístico, como forma de ejercicio, por deporte, o incluso a buscar setas; o también las hay que tienen lugar por el casco antiguo de la ciudad viendo edificios emblemáticos, visitando museos, guiando a nuestros invitados… Formar parte de un grupo ya constituido, puede suponer bastantes dificultades para mucha gente, aunque si se trata de algún tipo de asociación, siempre puede resultar un tanto más fácil, pero no por ello le resta dificultad tener que integrarse en el grupo, y más para personas con ciertas dificultades de relación.
De ahí, como en las otras actividades, cabe destacar el papel del mediador, que en todo momento va a ser el responsable de facilitar esa calidez y el acogimiento necesario para garantizar la buena integración en el grupo y en el que todos realmente podamos llegar a conocer a las demás personas con el simple hecho de compartir esta afición. Para ello puede hacer servir dinámicas de grupo, iniciar debates, plantear incógnitas o soluciones  a posibles problemas humanos que provoquen la reacción o la estimulación del grupo.
La finalidad, es así un conocimiento real de las personas: intereses, inquietudes, afinidades, trabajo,…
Todo esto, se llevaría a cabo conducido mediante una actividad previamente organizada, que en este caso son las excursiones. El dinamizador se va a encargar de conocer la ruta, los tiempos, los aspectos destacables de la misma, el nivel de dificultad, los elementos paisajísticos o de fauna y flora, e incluso aportar notas de humos al grupo, bien con chistes, historias o dinámicas.
El instructor en todo momento retroalimenta el circuito evaluando la marcha de la excursión, los estados de ánimo y participación, posibles aspectos a mejorar, recoger las quejas, registrar los efectos de las dinámicas o debates… Esto siempre va a permitir una mejora constante de la actividad aplicable a posteriores excursiones o actividades, recordando que el objetivo principal, es favorecer las relaciones humanas y dar a conocer las capacidades personales de cada uno y también la posible manera en que aprovecharlas.
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martes, 6 de diciembre de 2011

OPTIMIZACIÓN DE RECURSOS

Pretendemos aprovechar los recursos de cada uno de las personas que participan en el proyecto, directa o indirectamente; las capacidades personales, los recursos materiales y el tiempo necesario.
Quizá lo que podamos necesitar de más en personal, lo obtenemos de lo que podemos ser capaces de conseguir a nivel de material y la rentabilidad que obtenemos del tiempo empleado.
Una persona puede aportar sus capacidades para dar una charla, un curso o un taller; otra puede aportar el lugar necesario; otra puede aportar parte del material, por ejemplo un ordenador portátil, un radiocasete, un libro, unas fotocopias...; otra puede aportar unos chistes, un tema de conversación, unas dinámicas de grupo; otras pueden aportar algo para un aperitivo...
Obviamente no consiste en dejarle a cualquiera ese material que a saber cómo te lo pueden manipular o devolver, sino que cada uno se puede hacer cargo totalmente del manejo de aquello que trae, aunque por supuesto, se pretende ser sumamente cuidadoso y respetuoso con todos los recursos de que dispongamos o nos faciliten.
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